Es inútil mencionar todas las enfermedades que el hombre puede contraer a través del gato, porque algunas son raras y benignas. Examinemos las principales.
Una de las últimas zoonosis conocidas es el COVID-19. Según han detectado agencias alrededor de todo el mundo, como el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, es posible el contagio de y hacia los gatos y otras mascotas de COVID-19, aunque es importante remarcar que es necesario el contacto estrecho para que esto suceda, es decir, no se transmite a traves del pelo o la piel del animal, si no que es necesario entrar en contacto con sus secreciones (saliva, etc), o que el animal entre en contacto con las nuestras (para que se produzca el contagio del humano hacia el gato).
Por tanto, Hay que tener especial cuidado con los niños pequeños, así como personas mayores o con el sistema inmunitario debilitado.
Proteger a tu gato de COVID-19
- Evita que entre en contacto con animales o personas que no pertenezcan al núcleo familiar
- Si es posible, evita que tu gato salga de casa/tu terreno
- Si algún miembro de la familia enferma, evita que acaricie, toque, se deje lamer o comparta cama y/o comida con el gato
- Si estas solo/a y no tienes a quien cuide al gato, lávate las manos antes de tocar sus cosas y usa mascarilla y guantes tanto para ponerle agua o comida como para limpiar la bandeja. Deséchalos en cuanto hayas terminado y lávate las manos
- Si tu gato se enferma de COVID llama al veterinario. los gatos que hasta ahora han resultado infectado presentaros pocos o nulos síntomas y se recuperaron bastante bien
Protegerte tu del COVID-19 de tu gato
Toma las mismas precauciones que si de cualquier otro miembro de la familia se tratase, aislamiento, higiene máxima, mascarilla y guantes. Pero no le pongas mascarilla al gato ni uses desinfectantes en él, le puede hacer más mal que bien.
Micosis
Se trata de la zoonosis más frecuente. Afortunadamente no es grave y en el hombre se cura en algunas semanas. De todos modos, es preciso consultar con el dermatólogo, ya que la micosis es una enfermedad cutánea, contagiosa tanto para los animales jóvenes como para los adultos. Para prevenir el contagio es preciso desinfectar todos los objetos que han estado en contacto con el pelo infectado. Las lesiones cutáneas se caracterizan por zonas sin pelo (a menudo circulares), por caspa y por enrojecimientos. La terapia consiste en la aplicación de lociones o pomadas antifúngicas sobre las áreas interesadas. Si el gato está afectado de micosis, es preciso consultar lo antes posible al dermatólogo o al médico de cabecera. En tanto, será necesario lavarse cuidadosamente las manos, usando un jabón yodado (que se encuentra en venta en todas las farmacias), cada vez que se toca al animal. Por último, será necesario prohibir que el gato se recueste sobre camas y ropa.
El gato afectado de micosis debe ser atentamente vigilado. En particular es preciso impedirle el acceso a camas, divanes y ropas.
Sarna (Roña sarcótica)
El hombre es contagiado muy raramente por esta afección. Cuando ello sucede, aparecen sobre la epidermis unos pequeños forúnculos rojos pruriginosos. La sarna es una infección de la epidermis del gato, provocada por un ácaro. Las lesiones se localizan sobre todo en la cabeza. Las zonas atacadas por el ácaro se hacen más espesas y toman un color grisáceo, se arrugan y provocan un prurito muy intenso. Pueden ser atacados por esta patología gatos de todas las edades. Veterinarios y dermatólogos disponen de diferentes medicamentos eficaces para curar este tipo de parasitosis.
Toxoplasmosis
El gato no es casi nunca responsable del contagio de Ia toxoplasmosis de la mujer embarazada. La principal fuente de contagio está representada por la ingestión de carnes «toxoplasmósicas, crudas o insuficientemente cocidas y, a veces, de verduras contaminadas. La transmisión directa del gato doméstico al hombre, mediante las heces, es cada vez más rara, porque hoy los felinos son preferentemente alimentados con productos industriales y, por tanto, cocidos, dado que incluso los gatos se infectan comiendo carne cruda. La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria provocado por un coccidio: Toxoplasma gondii. El gato que alberga el toxoplasma elimina las formas peligrosas, los ooquistes desprendidos, con las heces.
La observación de algunas sencillas precauciones, como limpiar cada día la bandeja o ponerse guantes de goma para manipular la cubeta, puede ser útil para eliminar todos los peligros de contaminación causados por el gato. De hecho, entre el 50% y el 70% de la población adulta posee anticuerpos toxoplásmicos que garantizan un buen grado de protección de la enfermedad.
En la mayoría de los casos, la infección es benigna y asintomática. Es con el avance de la gestación cuando puede hacerse peligrosa. Todas las mujeres con probabilidad de estar embarazadas deberían ser informadas de cómo protegerse de la toxoplasmosis. Si ya tienen anticuerpos antes del embarazo, ello las favorece y no hay ningún riesgo de transmisión de la enfermedad al feto. Las mujeres que carezcan de anticuerpos deben respetar, en cambio, las precauciones habituales. Las que se vuelvan seropositivas en el curso del embarazo, deben someterse a una terapia a base de espiramicinas que disminuye los riesgos de malformación del feto. La toxoplasmosis es una afección controlable en la mayoría de los casos, a condición de que se esté bien informado.
Ascaridiosis
Es una enfermedad parasitaria provocada por un gusano de formas redondeadas (ascárides, justamente), que está entre los parásitos intestinales más comunes del gato. Las formas adultas son visibles a simple vista y si la infestación es máxima se pueden incluso encontrar en las heces o en el vomito del animal afectado por el parásito. Casi todos los gatitos tienen alguno!
La hembra del ascáride pone los huevos en el intestino del gato; estos, que contienen «larvas inmaduras», llegan con las heces al ambiente exterior donde, protegidos por su cubierta, evolucionan hasta convertirse en larvas infestantes.
La larva en este estadio está en condiciones de infestar tanto al gato como al hombre. Las heces contaminadas por las formas infestantes de las ascárides son un peligro potencial sobre todo para los niños, en los cuales -si las ingieren inadvertidamente- son responsables de una enfermedad llamada «patología por larva migrante» Es posible diagnosticar la presencia de ascárides en el intestino del propio gato tomando una sencilla muestra de heces de la bandeja y pidiéndole al veterinario que la someta a un examen microscópico.
La infestación es más frecuente en las regiones cálidas, puesto que en estos periodos la temperatura ambiental es más favorable al desarrollo embrional de las larvas. Afortunadamente, los casos de contaminación de los niños son muy raros, también gracias a la costumbre de los gatos de enterrar sus excrementos. El peligro de ascaridiosis en el niño parece limitado, pues, a casos particulares. Es oportuno, de todos modos, realizar controles regulares de las heces de los gatos para limitar los riesgos de contagio. Cuando el gato está infestado se hará necesario suministrarle, bajo el directo control del veterinario de confianza, fármacos vermífugos. Además, hay que enseñar a los niños las normas higiénicas a adoptar sistemáticamente como, por ejemplo, lavarse las manos si tocan la bandeja o si entran en contacto con las heces del animal.
Enfermedad por «rasguño de gato»
La enfermedad «por rasguño de gato» , puede manifestarse a consecuencia de un arañazo, como su nombre indica. En la mayor parte de los casos se evidencia una leve hinchazón de los ganglios linfáticos que puede evolucionar, provocando, en algunos casos, un absceso. La supuración, que puede prolongarse durante muchas semanas, si no incluso durante meses, requiere una terapia a base de antibióticos.
Después de la curación, existe el riesgo de recaídas; es, pues, probable que el agente infeccioso, aún desconocido, resista en los tejidos incluso después de la cicatrización.
Pastorelosis
Las pastorelosis son a menudo transmitidas por vía cutánea, a causa de una mordedura o de un arañazo del gato. La incidencia de la pastorelosis es del 2,5%. La herida se infecta y asume un aspecto edematoso. Estas manifestaciones son generalmente acompañadas por dolores agudos. Habitualmente, los síntomas locales desaparecen en unos diez días y la curación se produce sin consecuencias. A veces después de tres o cuatro semanas de la infección aparecen dolores articulares.
Está prescrita una terapia a base de antibióticos. por tanto, después de una mordedura o de un arañazo muy profundo es preciso consultar con el médico.
Rabia
Es la más peligrosa de las zoonosis transmitidas por el gato, porque es mortal al 100% para el hombre. Afortunadamente, los veterinarios y los médicos disponen de un arma segura de prevención: la vacuna antirrábica. Al gato le puede ser suministrada a cualquier edad, a partir de los tres meses. En algunas circunstancias la vacuna es obligatoria. Es preciso advertir que el virus está presente en la saliva del gato, cosa que hace al animal peligroso para el hombre, sólo algunos días antes de la muerte del animal, y en general 12-14 días antes de la aparición de los síntomas evidentes de la enfermedad. Esta fase es llamada presintomática.
Por esto la legislación prevé que los animales que hayan mordido sean sometidos a observación sanitaria en los 10 días siguientes.El tiempo de observación supera la duración máxima de la presencia del virus en la saliva del animal sospechoso de rabia: si después de 10 días el animal no presenta ningún signo de rabia, la persona mordida no tiene ninguna probabilidad de haber sido infectada.
Conclusión
Observando algunas sencillas precauciones higiénicas se pueden prevenir la mayoría de las zoonosis: vacunaciones regulares, vermífugos, higiene cuidadosa de las manos, no dormir con el gato y cambiarle el lecho todos los días. Es preciso estar atentos a las uñas y a los dientes del gato, que son portadores de gérmenes. Si se es rasguñado, bastará con lavarse cuidadosamente la parte afectada, pero si aparecen síntomas locales, es preciso consultar inmediatamente al médico, para evitar eventuales complicaciones. La victoria sobre todas las zoonosis se basa en un correcto equilibrio entre información y prevención. En caso de duda, pedir consejo tanto al médico como al veterinario.