El gato es un animal que ama ante todo su territorio, por eso un desplazamiento fuera de él le supone un gran disgusto. Si tenemos que mudarnos de casa, o desplazarnos, y no nos queda más remedio que llevarle de viaje, se pueden tomar diversas medidas, entre ellas utilizar un spray de feromonas. Nosotros lo hemos probado varias veces viajando por toda Europa de Norte a Sur y viceversa, y ayuda bastante. También hay que recordar que ellos también se cansan, y lo más seguro es que no disfruten de las aradas como lo hacemos los humanos, así que es importante tener en cuenta cuantas horas se van a pasar sin comer o beber y sin demasiada libertad de movimientos, para calcular cuando ha de terminar la jornada y buscar un hotel donde descansar, incluso aunque los humanos sientan que pueden seguir y seguir.
Yo diría que lo razonable es calcular un máximo de 10 horas de viaje, que si se van a 12 por culpa del tráfico, pues mala suerte, pero está más o menos dentro de lo que pueden soportar. Por supuesto que si hace mucho calor debemos parar y darles agua, incluso yo alguna vez he dejado las ventanillas con una rendija y les he dejado salir del transportín un ratito sin salir del coche para que bebieran agua. Si no, una solución es abrir un poco la caja y meter un cuenco con agua dentro (y retirarlo antes de ponerse en marcha otra vez, o acabará el agua por todas partes).
Feromonas para tranquilizar al gato
Unos 15 minutos antes de meter al gato en la caja transportadora se da un poco de este spray en los 4 rincones de la misma. Estos sprays no es que contengan feromonas autenticas, pero tienen un olor que les recuerda a los gatos las feromonas que ellos mismos emiten, de modo que en ellos produce una sensación de tranquilidad. Se puede, asimismo, dar algo de este spray en el nuevo domicilio del gato , por ejemplo sobre los muebles, no mancha y el gato se encontrará más a gusto. Pero la verdad es que para casa funciona mejor el mismo producto pero en difusor, porque el spray al cabo de un rato se pasa mientras que el difusor dura cerca de un mes, así que el algo que también se puede llevar si vas de vacaciones a un apartamento.
Transportines y otros elementos de seguridad cuando viajamos con gatos
El elementos de seguridad más versátil es el transportin duro. Los hay también tipo bolsa de deportes, pero ventilan peor y en caso de accidente no protegen al gato de que les caiga algo encima, aunque es una muy buena opción para desplazamientos cortos o para viajar con él en cabina en avión (si va a ir en bodega ha de ser de los duros). En un caso u otro, asegúrate de que el modelo escogido es aceptado por la compañía aérea. En coche, es muy importante asegurar el transportín, ya sea por medio del cinturón de seguridad u otro dispositivo, como pulpos, cuerdas… es importante que no quede suelto.
Para el coche existen también los cinturones de seguridad para gatos. Es parecido al arnés de la correa, pero se sujeta al asiento. El gato queda más o menos libre pero sin poder desplazarse hasta el asiento del conductor, lo cual sería realmente peligroso. En un caso así, no hay que olvidarse de poner algún tipo de manta o protector para el asiento.
Accesorios para los largos desplazamientos
Para los largos desplazamientos también hay que acordarse de llevar bandeja, arena, comederos (comida, por supuesto) y utensilios de limpieza, porque sí, tus gatos harán sus necesidades en el transportín, incluso a pesar del spray de feromonas, porque puede que no se pongan (demasiado) nerviosos, pero an algún momento sentirán la necesidad, empezarán a «cantar» reclamando que quieren ir a la bandeja, y si no puede ser, acabarán haciéndolo ahí mismo. Así que, utensilios de limpieza para el transportin, y si le estas poniendo una mantita o algo dentro, pues bolsa para meter las mantas sucias y repuestos para las mismas. Si el gato está acostumbrado, o si el viaje es en avión, también es muy recomendable la correa.
Si es un viaje en coche puede ser una idea (insisto, si está acostumbrado a ella) sacar al gato a «estirar las piernas», como si de un perro se tratara. Y si es en avión, puede ser un muy buen complemento para pasar el control de seguridad, porque por mucho que el transportin sea homologado para viajar en cabina, lo más seguro es que te hagan sacar al gato del mismo, para pasar el transportín por la cinta y que el gato pase contigo. Imagínate, en un aeropuerto abarrotado de gente, y tú con tu gato en brazos… no parece una mala idea tener algo de donde agarrarlo con fuerza, verdad? En un caso así, el arnes de la correa o un collar de los que no se sueltan solos puede de ser una grandísima ayuda.
No te olvides de estas cosas en el nuevo territorio
Para el nuevo territorio, aunque sea un territorio temporal, es de máxima importancia que el gato se lleve algo de su territorio anterior, por ejemplo algún juguete, una cunita o alguna manta donde le guste mucho dormir. Nunca se le debe privar de repente de todas sus cosas, hay que tener en cuenta que el gato es un animal muy posesivo. Y sobre todo, mucho mucho cariño y dosis infinitas de paciencia. Ellos no han escogido viajar, somos nosotros quienes hemos decidido por ellos, por lo tanto somos nosotros los responsables de que todo vaya bien y de que nuestro(s) gato(s) se adapte al nuevo lugar.
La adaptación al nuevo territorio
Sobre todo en caso de mudanza, surgen muchas dudas, les soltamos en casa y ta está? o mejor les dejamos encerrados en una habitación hasta que se habitúen? Depende mucho del gato, de sus costumbres, del tipo de lugar… Mi experiencia me dice que lo más seguro es determinar ya antes de sacarles, cual va a ser «su zona» y colocarles allí sus cosas. Si es posible cerrar esa zona (puerta, verja…lo que sea que les impida salir), se meten los transportines con ellos dentro, se cierra la puerta y se les deja salir. No les saques a la fuerza, solo abre la puertas de los transportines. Ponles agua y comida, que tengan todo lo necesario (arena, camita, rascador) Si usas difusor o spray de feromonas, ponlo antes de meter a los gatos al cuarto. Y déjales ahí tranquilamente, que se vayan acostumbrando al sitio. Mientras tanto tu puedes salir e ir haciendo lo que tengas que hacer. Un par de horas más tarde ya puedes abrir la puerta y dejarles explorar la casa (lo harán con mucha cautela).
Viviendo en el campo, y puesto que mis gatos son gatos que salen, también he probado a dejarles libertad total desde el minuto uno con bastante éxito y con una adaptación muy rápida. Eso sí, es una maniobra arriesgada, porque si bien ellos no son tontos y suelen saber volver al sitio donde les sal soltado, si que es cierto que puede que se despisten y se pierdan. Ahí ya es cada uno que ha de valorar los riesgos y beneficios. Pudo contar dos casos, uno de mucho éxito y otro de no tanto. En una mudanza teníamos un cachorro asilvestrado al cual dejamos salir al campo en cuanto llegamos al lugar. Yo sinceramente pensé que no lo íbamos a volver a ver (como digo estaba asilvestrado, pero no lo podíamos dejar en el lugar donde estábamos antes porque era muerte segura para él) y para nuestra sorpresa al cabo de unas horas estaba de vuelta como diciendo, «muy bonito esto, cuando se come aquí?». El otro caso (en el que no hubo tanta suerte) al mudarnos dejamos a los gatos salir directamente pero mi gata, que llevaba unos 10 años conmigo y nos habíamos mudado varias veces y nunca hubo problema en soltarla directamente, según salió del transportín echó a correr y nunca más la vimos (yo creo que se fue a alguna de las granjas cercanas, pero como no suelen tener control de los gatos que hay, fue imposible saberlo con certeza). Por eso digo que hay que valorar muy cuidadosamente cómo se les presenta el nuevo lugar.
El feliway ayuda mucho al gato a adaptarse al nuevo territorio, y también necesita un transporte acogedor al momento de viajar 🙂