Su manto, el cuerpo alargado, la dulzura y la vivacidad son las de un leopardo… Pero es un gato. Un gato de gracia única, que adora la vida de salón, a condición de que se le deje saltar a gusto.
Los orígenes
La historia de esta pantera manchada en miniatura es bastante reciente, en cuanto se remonta a los años setenta. En efecto, fue por pura casualidad que un tal Paul Casey, científico norteamericano, además de cineasta, autor de series televisivas como Nacida libre, Lassie y Baretta, decidió crear esta raza. En 1971 Casey estaba en África, en las gargantas del Olduvai (Tanzania), para visitar las excavaciones dirigidas por un antropólogo, el doctor Louis Leakey, que había exhumado los más antiguos huesos humanos nunca encontrados (el Zinjanthropus). Un día, un guardián les contó una dramática historia: un cazador furtivo acababa de matar a uno de los últimos leopardos de la región; en efecto, resultaba que en todo el territorio quedaban sólo tres ejemplares (dos hembras y un macho) y desde hacía muchos años se esperaba el nacimiento de cachorros; la desaparición del macho ponía fin, desgraciadamente, a cualquier esperanza de ver a esta especie perpetuarse en la región. Paul Casey, naturalista apasionado, impresionado por lo que había sucedido, tomó este hecho como un signo premonitorio: las campanas sonaban a muerto para todas las especies salvajes. En homenaje a esos grandes gatos manchados, se le ocurrió crear uno más pequeño, al que haría reproducir. El animal así imaginado sería el símbolo del lazo que une al hombre con la naturaleza salvaje. Cuenta Paul Casey: «Yo y el doctor Leakey pensamos en crear un gato doméstico capaz de subirse a las rodillas y ronronear, alimentarse con comida para gatos, hacer sus necesidades en su recipiente y, a la vez, conservar el paso de las fieras en libertad».
De vuelta a Estados Unidos, Paul Casey se lanzó de cabeza en su proyecto. El diploma de física de la UCLA (Universidad de California Los Ángeles) le permitió construirse mentalmente el «diseño» de su gato: cuerpo poderoso y alargado, hocico cuadrado, orejas redondas, muy retrasadas, ojos oscuros y manto manchado. Luego, como un alquimista, se puso a «fabricarlo»
cruzando gatos provenientes de los cuatro rincones del mundo. Para fijar las manchas tan particulares del pelaje fue necesario la aportación del siamés sealpoint «viejo tipo», es decir, aquel con el hocico redondo y el cuerpo rechoncho y robusto, del american shorthair y del british inglés; para recuperar, en cambio, la osatura del gato primitivo, la andadura del leopardo y para proporcionar al futuro California spangled cat su excepcional belleza plástica, Paul Casev se sirvió del abisinio y del egyptian mau, del que aún se pueden ver algunos ejemplares por las calles de El Cairo. Para la textura del pelo, muy corto, suave y aterciopelado, fue elegido un felino doméstico del Asia tropical, el gato de Malasia.
Por último, después de sabios cruces en el seno de este magnífico cocktail felino y después de muchas generaciones, nació el primer «spangled». ¿Por qué se eligió este nombre? En la terminología ornitológica, los pájaros con un plumaje manchado se llaman «spangled» en inglés norteamericano. El gato-leopardo recuperó esta denominación, completada por la de «California», puesto que Los Ángeles fue su ciudad natal.
Regalad un leopardo de salón
En el verano de 1986 una cadena de tiendas muy prestigiosa en Estados Unidos, especializada en ventas por correspondencia, la Neyman-Marcus, se interesó por el spangled cat. Entonces sólo había ocho hembras reproductoras, pero eso no impidió que la Neyman- Marcus lo propusiera en su catálogo como un regalo navideño. El obsequio en cuestión, definido como «el leopardo para vuestro salón» (para retomar el slogan publicitario que acompañaba la foto), era muy elegante y costaba 1.400 dólares. El precio incluía la entrega del gatito, el certificado de inscripción en la California Spangled Cat Association, su pedigree, la historia y la descripción de la raza y una pequeña colección de consejos médicos. A pesar del precio inhabitual de este «regalo», la Neyman-Marcus se vio inundada de solicitudes: hubo trescientas cincuenta en el primer mes de presentación… ¡y Paul Casey necesitó dos años para satisfacerlas todas! Un éxito tan grande irritó a algunos criadores y miembros de las asociaciones para la protección de los animales. ¿Cómo se podía vender un gato por catálogo y a un precio tan caro? La polémica duró algún tiempo y acabó por dar una nueva contribución publicitaria a la raza. El California spangled cat tuvo un desarrollo prodigioso en Estados Unidos, fue reconocido por la TICA (The International Cat Association) y pudo presentarse con un estándar propio en las exposiciones felinas.
Este estándar define un gato largo, de estructura tubular, con andadura de cazador. Su hocico es expresivo, con los contornos bien definidos y los pómulos prominentes. El manto es suave y corto, salvo en la cola y en el vientre. Las manchas (cuadradas, redondeadas o triangulares) cubren el dorso y los lados, mientras que las estriaduras se extienden desde la superficie comprendida entre las orejas, a lo largo de la nuca, hasta los hombros. La cola, de longitud media, está revestida
de un pelo denso y termina con uno o más anillos oscuros (como máximo tres), mientras que la punta es redondeada y de color
oscuro.
El más atlético de los gatos
El spangled debe dar la impresión de un gato mucho más grande de cuanto lo es en realidad. En general, los machos adultos son más grandes, más musculosos y más pesados que las hembras y pesan entre 6 y 7,5 kg, mientras que el peso de las hembras varía entre los 4 y los 5 kg. Generalmente las patas anteriores forman un ángulo de casi 90° con el codo, y por tanto están bien
retrasadas respecto del esternón, cosa que permite que el cuerpo se mantenga bajo. Sin embargo, pueden alargarse cuando el gato está extendido o sentado. Las patas posteriores son musculosas a la altura de los muslos y también esto permite que el animal mantenga el cuerpo bajo cuando camina o corre.
Las patas deben ser fuertes y las zarpas bien desarrolladas. Los ojos son almendrados, bien abiertos, ligeramente inclinados y bien separados en la cara. El color pardo es el preferido; se aceptan también las gradaciones que van del pizarra al gris-pardo y del ámbar al marrón, mientras que están penalizados los ojos verdes. Las almohadillas de los bigotes deben estar bien desarrolladas para formar un hocico ancho. El mentón y la mandíbula son muy pronunciados; el cráneo es de longitud y anchura medias, con la frente ligeramente abombada; las orejas están desplazadas bastante atrás respecto del hocico y son redondeadas en los extremos.
Una vez definido con precisión el estándar, reconocido oficialmente y olvidada la polémica, la raza ha conquistado toda Norteamérica. Pero, al ser restringido el número de los cachorros de cada carnada (dos o tres), el tiempo de espera necesario para poder comprar un spangled puede ser incluso de un año… Mucha paciencia, pues, antes de recibir la tan deseada joya. En Europa, una hembra black silver de nombre Toyon, llegada a Ginebra en febrero de 1989, y dos cachorros, llegados en 1991, disfrutan de cierta notoriedad, puesto que han aparecido en la televisión suiza y han sido citados en la prensa. Su propietaria, la señora Anna Maria Tatti, está enamorada de sus gatos: «Me han seducido completamente -afirma-. Son de una agilidad extraordinaria, vivaces y juguetones, pero esto no les impide estarse acurrucados, venir a restregarse contra las piernas o permanecer en brazos». Las pequeñas panteras poseen también una notable inteligencia y una insaciable curiosidad: si se cierra una puerta delante de ellas, a toda costa quieren saber qué sucede al otro lado.
En Los Ángeles, Paul Casey sigue trabajando para perfeccionar el spangled: «Es genéticamente posible -afirma- obtener un gato que posea exactamente las mismas manchas que el leopardo…».
La Fundación del California spangled cat
Las fatigas de Paul Casey no han terminado con la creación y el perfeccionamiento de esta nueva raza, sino que el éxito obtenido le ha permitido crear la «Fundación del California spangled cat», una asociación sin ánimo de lucro, orientada a la protección del medio ambiente y de las especies en vías de extinción, que ha adoptado precisamente al California spangled cat como mascota. Numerosos poseedores de gatos, entre otros, industriales, políticos, físicos, productores cinematográficos y de televisión, además de reyes y reinas, han respondido al llamamiento de Paul Casey y han contribuido con su tiempo, sus ayudas financieras y sus capacidades a la prosecución de los objetivos de la organización. En América Central, por ejemplo, los miembros de la fundación luchan por la salvaguardia de especies como el jaguar y el margay. Para dar un ejemplo de la entidad de los daños provocados por el hombre a estas especies basta saber que, en el tiempo empleado por un cachorro de jaguar para llegar a la edad fértil, los cazadores furtivos matan a setenta y dos jaguares adultos, sin contar los margay y los ocelotes.