El Gato British Shorthair

Los orígenes

Antes de establecerse en Gran Bretaña. el british shorthair ha vivido largo tiempo en Egipto, por lo que se cree que tiene parentesco con el Mau Egipcio. Su historia se remonta a los tiempos de Moisés. Habría participado en el paso del mar Rojo, cuando el profeta condujo a los hebreos hacia la Tierra prometida.

Aunque el felino se encontraba en campo contrario, o sea en las filas del ejército egipcio, comandadas por el general Gasrhelos. Este último, que era el yerno del faraón, estaba acompañado por su mujer Scota, que había querido llevar consigo a sus gatos. Cuando Gasthelos vio las tropas de su suegro sepultadas por las aguas del mar Rojo, que se cerraron tras el paso de los hebreos, se dio a la fuga y se alejó,.. hasta llegar al océano Atlántico.

Llegó a Portugal, donde fundó el reino de Brigantium; allí los gatos no tardaron en multiplicarse. Fergus I, un descendiente del general, decidió embarcarlos en las naves, dirigidas al norte. Toda la gran familia felina fue desembarcada en una isla, que fue bautizada como Scota, antes de convertirse en Scotaland y más tarde en Scotland… Escocia se convirtió en la tierra prometida para los gatos. Durante siglos, vivieron en estado salvaje y, poco a poco, conquistaron Gran Bretaña entera.

En el siglo XIX un gran amigo de los gatos, Harrison Weir, decidió intentar la cría de este felino que dominaba el campo. Una vez domesticado, fue denominado british shorthair. Con su cabeza redonda y grandes ojos cobrizos, despertó ovaciones en 1871 en la exposición del Crystal Palace de Londres y recibió numerosos premios. El fascinante persa y el elegantísimo siamés muy pronto eclipsaron su fama. Por otro lado.

Las guerras le empobrecieron hasta tal punto la raza que alrededor de los años cincuenta algunos criadores hibridaron al british con el persa para recrear aquella antigua y sana robustez que lo había hecho tan popular. Esta aportación hizo la osatura del gato más pesada, su cuerpo vigoroso, el pelaje más denso y dos maravillosos y vivaces ojos redondos.

Un guardarropa de mil colores

Aunque sea obligatoriamente corto, y a pesar de la sangre persa que corre por las venas del animal, el pelaje del british shorthair es particularmente denso. El pelo es frondoso, de fina textura, similar al de los muñecos de peluche. Este manto, dotado de notable vigor y resistencia, ha representado una indudable ventaja para este gato, en un tiempo sujeto a afrontar los vientos glaciales de las salvajes estepas de Escocia.

Pero la novedad para el british shorrhair está representada por la multitud de colores en los que puede presentarse su pelaje. El más famoso es el azul, sin duda el más difundido hasta hace pocos años. La tendencia actual destaca el azul claro, aunque este color no se obtiene sin el riesgo de ver aparecer una banda más oscura en la punta del pelo.

Pero hoy, las variedades conseguidas son infinitas; el crema uniforme, con el manto «polvo» es muy apreciado, y están también muy difundidos gatos de un blanco inmaculado o crema marmorizado, rojos marmorizados, negros (de un negro profundo hasta la raíz del pelo), chocolate, lila, silver tabby (de ojos verdes) en todos los matices… Existen del mismo modo british atigrados -plata, negros o rojos (estos últimos denominador, además de Mancha, gatos «mermelada»)-, british bicolor, arlequín, así como los gatos tricolor o escamas de tortuga negros, azul, chocolate, lila, marmorizados, plateados, humo (smoke)… hay también pelajes espléndidos y espectaculares, como el chinchilla y el golden (ojos verdes), sin hablar del fascinante humo (smoke).

En cuanto al cuerpo, el british shorthair es recio, y es el gato ideal para el que le gustan los gatos grandes y robustos (el macho pesa cerca de ocho kilos, Ia hembra, cinco). Muy musculoso, con pecho ancho, patas cortas y fuertes, muestra una gran fortaleza y resistencia. Este gato no puede negar su origen de cazador de ratones, habituado a correr por montes y valles a fin de asegurarse la comida diaria. Para completar esta imagen de gato bien plantado, todo curvas, el estándar requiere también espaldas anchas, cuello robusto, así como una cola corta y gruesa, proporcionada al cuerpo.

De un caracter tranquilo e independiente

El british respira el bienestar que emana de sus grandes ojos, también redondos, y difunde una atmósfera de comodidad tranquila. Los especialistas, como algunos jueces internacionales, no vacilan en calificarlo de «cariñoso». Este gato tiene un comportamiento en total sintonía con su físico. Perfectamente equilibrado, Puede quedarse solo en casa sin sentir la necesidad de engañar el tiempo. Contrariamente a los otros gatos más nerviosos e inquietos, no se venga prodigando enfados por haber sido dejado solo todo el día. Permanece tranquilo y controlado en todas las circunstancias; su porte hace pensar que él también posee la proverbial flema británica… Pero atención, su indolencia esconde en realidad una personalidad fuerte y decidida.

El british shorthair no tiene la costumbre de dejarse condicionar. Muy reservado e independiente, actúa a menudo por su cuenta. Si, por ejemplo, se encuentra en compañía de niños traviesos, rechaza categóricamente participar en sus juegos, que lo convierten en víctima, y con su amo, nunca intentará acurrucarse a la fuerza en sus brazos.

Si debe vivir junto a otros gatos, el british shorthair será el señor del lugar. En poco tiempo se convertirá en el líder. Decidido, pero amable, se muestra como uno de los más sociables de la población felina. También en los momentos de mayor ternura y espontaneidad conserva al máximo el control de sí mismo, sin duda por orgullo y dignidad. El british shorthair ¡es un gato típicamente inglés! y si quieres leer algo más acerca de estos interesantes amigos, aquí tenemos algunas curiosidades sobre ellos.

El Estándar