8 septiembre, 2024

El Gato Bosque de Noruega

Robusto y fuerte, adaptado a los rigores climáticos de su país de origen, el gato bosque de Noruega vive igualmente bien en un apartamento. Adora a su amo, con el que mantiene largas «conversaciones».

Orígenes

El gato bosque de Noruega, o Norsk Skogkatt (de skogg bosque, y katt gato), es una raza joven en la escena felinófila, pero pertenece a una de las razas naturales más antiguas del norte de Europa. En cuanto a los orígenes de este gato de pelo semilargo, está comprobado que deben buscarse en las regiones del Próximo Oriente, de donde proviene también el gato de Angora. Se cree que los navegantes vikingos trajeron de allí algunos gatos a bordo de las embarcaciones para defender su carga de los ratones. Una vez desembarcados en suelo noruego, los gatos se habrían adaptado a las condiciones climáticas extremadamente duras de estas regiones, que modificaron su morfología y su manto, dando origen a un animal único en su aspecto físico y en su carácter. A continuación los vikingos habrían llevado estos mismos gatos al Nuevo Mundo (guiados por Erik el Rojo, los escandinavos habrían pisado suelo americano cuatro siglos antes que Cristóbal Colón). Abandonados en el lugar, estos gatos serían los antepasados del gato Maine coon, una raza que presenta algunas semejanzas con el bosque de Noruega.

Un carro tirado por los gatos

¿Es el bosque de Noruega un gato mítico? Los relatos mitológicos escandinavos lo citan varias veces. ¿No era acaso éste el gato tan pesado que Thor, dios de la potencia y de los rayos, no conseguía levantar del suelo? ¿No se cuenta también que Freya, diosa del amor y de la voluptuosidad, conducía un carro tirado por gatos? A continuación, y hasta principios del siglo XX, ya no se supo nada de la historia del bosque de Noruega. Hacia 1930, algunos amantes de los gatos se alarmaron al ver que esta raza autóctona se encaminaba hacia la extinción, también a causa de las deforestaciones masivas ocurridas en Noruega y del consiguiente urbanismo. En efecto, por un lado, los cruces naturales con gatos domésticos de pelo corto habían contribuido a la anulación de sus características originales, y, por el otro, al vivir en los alrededores de las viviendas como los gatos asilvestrados, este felino era a menudo víctima de los cazadores.

bosque de noruega

Era, por tanto, hora de preocuparse de su suerte. Así, en los años setenta se crearon tres genealogías diversas de tres generaciones completas, a partir de los sujetos que presentaban las mejores características de la raza, pero se debió esperar a 1977 para que ésta pudiera obtener un reconocimiento oficial de la Federación Internacional Felina. Mientras tanto, en 1972 se había redactado un estándar, y en diciembre de 1975 los noruegos Kari Eggum, Liv Loóse y Egil Nylund habían creado la Norsk Skogtting Ring, una asociación que se ocupa de conservar la raza y de garantizar que la cría sea «natural», es decir, que se haga respetando las características originales, sin que el hombre intervenga modificando su morfología, estructura y carácter. La raza es considerada en Noruega como un «monumento viviente» de la cultura nacional, hasta el extremo de que en 1977, cuando fue reconocida, la televisión noruega difundió con cierta satisfacción la imagen de un ejemplar, Pan’s Truls, presentado como modelo de la raza.

En 1922 entraron en España los primeros bosque de Noruega. Los criadores Carmen Hierro y Maribel Lerones importaron a Indianer, de la Catoucheba de Francia, y a Yiskra Hoh Wulfinger, de Suiza, y ya han nacido las primeras camadas españolas inscritas en el Libro de Orígenes de la ASFE. Esta raza ha despertado un interés apreciable en nuestro país. Su aspecto imponente y «salvaje» puede llamar a engaño, y su corpulencia y su feroz mirada pueden asustarnos e inducirnos a pensar que no es el animal más adecuado para hacernos compañía. Su carácter, sin embargo, es dulcísimo, aunque en el pasado este gato ha sido víctima de cruces entre sujetos no seleccionados, que lo han modificado más o menos tanto en la morfología como en el carácter.

Para proteger la raza de cualquier ingerencia externa y deshonesta, la Federación Felina Internacional ha eliminado para el gato bosque de Noruega la clase «novicia», categoría en la cual eran expuestos sujetos mayores de seis meses, sin una genealogía conocida a sus espaldas. Sólo si el juez verificaba la presencia de características morfológicas correspondientes al estándar de la raza, el gato podía ser inscrito en los libros genealógicos con una tarjeta de registro. Hoy, por tanto, cualquier sujeto expuesto en las muestras debe tener orígenes seguros; pero desgraciadamente esta reglamentación no es aplicada por todas las asociaciones felinas. El estándar, además, ha sido modificado en 1987 con el fin de precisar algunos puntos, en particular para diferenciarlo bien del Maine coon, con el cual es frecuentemente confundido por el público. El manto del gato bosque de Noruega es semilargo, se anuda muy pocas veces y sólo debe peinarse en el período de la muda. El subpelo, suave y lanoso, mantiene caliente el cuerpo del animal, mientras el pelo superficial, grueso, graso y brillante, lo impermeabiliza hasta tal punto que incluso le permite pescar en los fríos torrentes del norte.

Tampoco el color del manto es casual: varía según las zonas de proveniencia, dada la exigencia de estos animales de mimetizarse perfectamente en el ambiente en que viven. Los mantos blancos o grises son frecuentes en las regiones nevadas, los azules o negros en las zonas costeras, los atigrados en los bosques, los rojos y tortuga en el sur. Se aceptan todos los mantos, incluso los bicolores, con la excepción del patrón colour point (motivo siamés), y de los colores chocolate y lila.

bosque de noruega

En invierno, el pelo del gato bosque de Noruega es muy abundante y el manto es aproximadamente diez centímetros más largo que en verano. La gola es abundante, el pelo de las patas posteriores es espeso y tan largo que forma unos «calzones»; la cola es densísima. En verano, en cambio, se asiste a una muda tan espectacular, que parece que se estuviera ante un gato de pelo corto. La cabeza del noruego es típica: está inscrita en un triángulo equilátero que no presenta de perfil depresión alguna. El hocico es puntiagudo y el mentón pronunciado. Las orejas son anchas en la base, largas y bien abiertas. Los ojos son grandes, ligeramente oblicuos, y pueden ser verdes o amarillos, independientemente del color del manto. Está sólidamente plantado sobre unas fuertes patas, de las que las posteriores son ligeramente más altas que las anteriores. El cuerpo es largo, como también la cola que, vuelta hacia adelante, debe llegar al menos hasta el nivel de los hombros. Es un gato robusto y su peso óptimo es de unos 6-7 kilos para los machos y 5-6 kilos para las hembras.

Manto y cuidados generales

El gato bosque de Noruega forma parte de la categoría de los gatos de pelo semilargo. Según el estándar, su pelo está compuesto por una capa interna lanosa y por un pelo de cobertura liso, impermeable al agua y suficientemente largo. Cuando el gato está en pleno pelo, es decir, en el período invernal, presenta la gorguera, el pecho y las patas posteriores particularmente densas por el intenso crecimiento de la capa interna. Con el inicio del buen tiempo, por el contrario, el gato bosque de Noruega conoce un período de muda que transformará su aspecto; sólo la cola permanece siempre bien provista de pelo. Con algunas variaciones según los sujetos (la muda es menos relevante en los sujetos castrados), el manto se va pareciendo poco a poco al de un gato de pelo corto. La toilette, en el período de la caída del pelo, se hace indispensable. Para evitar que éste se endurezca como el fieltro y que el gato ingiera demasiado durante su aseo, conviene acelerar la caída del pelo viejo, cepillando y peinando el manto regularmente. En los demás períodos del año, el aspecto rústico y la textura particular del noruego hacen sencillos y rápidos los cuidados que hay que dedicar al manto y a la higiene. Una buena cepillada una vez por semana es más que suficiente y necesaria para que el gato no se desacostumbre a la toilette.

Es preciso evitar, si es posible, los baños: su pelo de cobertura es normalmente graso y brillante y esto le asegura una buena impermeabilidad, que se vería comprometida con lavados demasiado frecuentes. A pesar de ello, los gatos de exposición de color claro, como por ejemplo los blancos o con muchas partes blancas, estarán más presentables después de un baño, sobre todo si tienen el hábito de vivir al aire libre. Antes de exponer un gato en una muestra felina, es oportuno hacerle un poco la toilette, a fin de que su pelaje esté liso y sin nudos. Si se revela indispensable un baño, es bueno hacerlo al menos una semana antes del día de la exposición, para que la piel tenga tiempo de recuperar su aspecto natural.

Se adapta a todo

Por lo que se refiere a su «carácter», el gato bosque de Noruega es un compañero delicioso. Relativamente activo, no es en absoluto indolente, pero no es tampoco hiperactivo o alocado: si aprecia con gusto vivir al aire libre ama igualmente estar en un apartamento, siempre que sea suficientemente grande como para permitirle realizar sus evoluciones y dedicarse al juego. Es un gato muy aficionado a su amo, con el que le gusta «parlotear» v compartir los juegos. Le agrada treparse y permanecer en las «alturas»: controla, sigue con la mirada, domina, y desde allí toma sus grandes decisiones, como por ejemplo descender para comer, hacerse acariciar y sobre todo jugar. Es muy sociable incluso con sus semejantes y con los perros, hasta el punto que se dice que se comporta como un gato-perro. Está dotado de una inteligencia vivaz, gracias a la cual comprende fácilmente lo que se espera de él y, por tanto, es posible enseñarle pequeños recorridos o habituarlo al collar. Hay un papel al que no se adapta: el de gato de guardia. En efecto, como todos los gatos ¡no hace más que maullar!

bosque de noruega

Reproducción

Por lo que se refiere a la reproducción, el gato bosque de Noruega es generalmente precoz (hacia los seis o siete meses). No presenta problemas de reproducción particulares; en cada parto nacen generalmente de cuatro a seis gatitos, que la madre pare sin dificultades y educa perfectamente. El macho se muestra a veces muy atento a su progenie, hacia la cual se comporta ora como un padre protector, ora como un compañero de juegos.

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