El angora turco pertenece a una raza bien definida, originaria de Turquía, y no debe ser confundido con el persa. Gracioso y cubierto de una sedosa piel, está dotado de una personalidad fuerte y compleja.
Los orígenes del angora turco
Los orígenes del angora turco están especificados en su nombre, que evoca al mismo tiempo la ciudad y el país del que proviene este hermoso gato. En efecto, la ciudad, que hoy es la capital de Turquía, antes se llamaba Angora (fue rebautizada Ankara en 1930). El nombre de angora se convirtió en sinónimo de «pelo largo», a causa de la particularidad común a los animales de esta zona de Turquía: una suntuosa piel.
Los gatos no se sustraen de esta característica. Domesticados en su ciudad de origen, fueron pronto descubiertos por los viajeros europeos. Aunque la fecha de descubrimiento es incierta (1620-1630), su autor es bien conocido: Pietra Della Valle, riquísimo italiano y gran viajero, particularmente por el interior del Imperio Otomano. Él describió a estos gatos y expresó su deseo de llevarse alguno con él. «Su grandeza y su belleza – dijo – reside en el color y en el pelo fino, brillante, suave, delicado como la seda y tan largo que, aunque no sea rizado, en algunos puntos cae ensortijado, en particular en la gorguera, en el pecho y en las patas.
Por último, puedo decir que los gatos de Khorasan son, entre los gatos, lo que los Barbet son entre los perros. La parte más hermosa del cuerpo es la cola, muy larga y totalmente cubierta de pelos largos y finísimos, que los gatos llevan doblada sobre el lomo, al igual que las ardillas; la punta mantenida en alto en forma de penacho, es muy agradable de ver.»
El segundo país de Europa en conocer el angora turco, fue Francia. En torno a 1630, Pereisc, anticuario, senador y astrónomo, discípulo de Galileo, volvió de Angora con una carga de gatos y cabras de pelo largo. Después de un viaje difícil, incluso la cría de los gatos se reveló problemática. Inadaptados al clima, expuestos a enfermedades y demasiado inclinados a confraternizar con los gatos locales, los angora turcos procuraron muchas preocupaciones. Pero, con perseverancia, Pereisc (que no era un amante de los gatos: los angora le agradaban como objetos de arte) crió la raza primero en la Provenza, su tierra natal, y luego en París.
El siglo XIX marcó una nueva etapa para el angora turco. En efecto, durante esteperíodo ingleses y norteamericanos lo importaron de Francia y de Italia. Los anglosajones lo apreciaron mucho, como atestiguan las palabras del famoso juez Harrison Wuei (quien ideó la primera muestra felina del mundo en 1871 en Londres) en su libro Our Cats and All about Them: «Los mejores angora turcos son muy valiosos, de un blanco puro, de ojos azules, y son considerados el máximo de la perfección felina; todas las demás características son buenas y su oido no es en absoluto escaso. Los colores son variados, pero el negro, que debe tener los ojos anaranjados, como también el humo, el azul y el blanco son los más apreciados /…/». Era 1889.
Nueve años más tarde, los colores que tanto habían agradado a Weir fueron prohibidos, y sólo fue admitido el blanco original (la disputa sobre los colores ha distinguido siempre a la raza, y no se ha apagado totalmente ni siquiera hoy).
El angora turco salvado por el zoo de Ankara
A finales del siglo XIX, los criadores ingleses, en busca de novedades, tuvieron la idea de cruzar sus angoras turcos con gatos afganos de pelo lanoso: habían nacido los persas… y desaparecían los angora. No sólo su popularidad había disminuido dramáticamente (en beneficio de los persas), sino que su misma pureza estaba comprometida a causa de los frecuentes cruces.
Afortunadamente el gobierno turco, interesado en la suerte de su gato nacional, acudió en ayuda de la raza. Así, en el zoo de Ankara, en un edificio aislado, fueron acogidos y seleccionados exclusivamente ejemplares blancos (ojos azules, ámbar o dispares). La raza estaba salvada!
Posteriormente fue Norteamérica la que tomó en sus manos la suerte del angora turco: citemos la compra de un macho blanco, Napoleón, por parte de la señora Weed, por la módica suma de cinco mil dolares (en la época, era 1959, el precio de una casita de campo!) o el permiso excepcional, dado por el gobierno de Ankara a Walter y Liesa Grant, en 1963 para la compra de una pareja. Se trataba de Yildiz, macho blanco de ojos dispares, y Yildizcik, hembra de ojos ámbar, los cuales generaron la primera camada norteamericana.
El angora turco moderno es un gato relativamente pequeño, elegante, de cabeza delicada y denso pelo suave, con las orejas puntiagudas y colocadas hacía arriba, cola enrollada en lo alto, como las ardillas, el tren posterior ligeramente más alto que el anterior.
En Estados Unidos, segunda patria de la raza, se ha planteado la cuestión del color, que en 1978 se resolvió con el reconocimiento oficial incluso de los gatos no blancos por parte de la CFA (Cat Fanciers Association). La noticia irritó tanto a los criadores «puristas» que algunos de ellos cesaron su actividad. Esto no ha impedido que hoy casi todas las variedades sean admitidas, con la excepción del tipo colourpoint. En Europa, los angora turcos de colores son admitidos por los clubes independientes; la FIFe ha reconocido la raza en 1988 y solamente con el color blanco con tres posibles coloraciones de ojos: azul, ámbar o dispares.
Un compañero delicioso, erróneamente considerado difícil
Gracias a las normas precisas sobre los colores, y a un mejor conocimiento general, la posición del angora turco parece menos incierta que antes, aunque permanecen algunos problemas: por una parte, el restringido número de criadores y la escasa disponibilidad de ejemplares, por la otra, las creencias populares aprovechadas por los comerciantes sin escrúpulos.
En efecto, mientras los defensores del angora turco reivindican su identidad de raza pura y bien definida, existe quien no duda en timar a un neófito vendiéndole como angora un persa un poco grácil o una cruza con el pelo blanco y un poco largo. En España, la mayoría de la gente neófita confunde angora turco y persa y es muy fácil mantener esta confusión. Además, la fama de sordera que pesa sobre la raza puede disuadir a eventuales compradores.
Por añadidura el angora es un gato de temperamento fogoso, hasta el punto que Estados Unidos los criadores recuerdan divertidos el tiempo en que en las exposiciones «se necesitaban prácticamente una silla, un látigo y unos guantes de cuero para hacerlos salir de sus jaulas».
A causa de este «geniecillo» suyo, aún hoy el angora turco es considerado, en Europa, nada sociable. En Estados Unidos estos inconvenientes han sido ya superados; en efecto, los criadores han advertido que eran fruto de errores genéticos reforzados por una consanguinidad extrema, debida al restringido número de los sujetos. Programas de selección y de «fortalecimiento» (introducción de sangre nueva, y por lo tanto a creación de una cepa más sana) han permitido eliminar rápidamente el difícil carácter de la raza.
Los angora turcos son ahora estimados por su dulzura y comprados principalmente por su excelente temperamento!
En casa, el angora es un gato afectuoso, alegre, de compañía, que no desdeña caricias y mimos. Ante todo es muy aficionado a su amo: necesita que esté siempre presente, y lo más cerca posible de él, para sentirse completamente satisfecho. Aunque es indolente, cuando se trata de jugar se vuelve incansable. Le gusta hacer partidos de béisbol versión gato (devuelve con un hábil golpe de pata la pelota de papel que se le lanza), jugar al escóndite, trepar a los árboles (sobre todo cuando se intenta – a menudo sin éxito – perseguirlo), recoger pequeños objetos con la boca, como hacen los perros, y mil cosas más. Puntual y preciso, el angora turco parece conocer el reloj y pretende que se lo respete, como hace él mismo. Nunca se retrasa para saludar al amo, cuando vuelve cansado de una jornada de trabajo, y pone el mismo celo en despertarlo cada mañana en el momento exacto que suele preparar el desayuno. En efecto, con semejante gato no se necesita despertador!
Muy curioso, aprecia la compañía y le agrada conocer personas nuevas; si se lo trata, aunque sólo sea un poco, de manera bruca, se encierra en una actitud desdeñosa.
De constitución robusta, el angora turco no plantea grandes problemas de mantenimiento. Se lo puede encontrar eventualmente un poco enflaquecido de regreso de un fin de semana (detesta que se parta sin él), pero se recupera en seguida. Por lo que refiere a su higiene, es muy sencilla, gracias al carácter sedoso de su pelaje, sin capa interna lanosa. Es opotuno recordar que es la capa interna la que causa nudos inextricables y rebeldes. Ciertamente el angora debe ser cuidadosamente cepillado, pero con menos frecuencia que el persa. Una buena cepillada diaria, completada por un peinado semanal, mantiene vaporoso y limpio el hermoso pelaje.
El estándar
Cabeza |
De pequeña a media. Triangular. Perfil de longitud media con una nariz recta, sin huella de stop. Mentón redondeado, alineado sobre el mismo plano vertical que la nariz. Orejas grandes, anchas en la base, largas y puntiagudas con mechones de pelo, con juntura alta sobre el cráneo. |
Ojos |
Grandes, almendrados, ligeramente oblícuos. Ámbar. En los sujetos blancos, pueden ser azules o dispares. |
Cuello |
Largo y delgado |
Cuerpo |
De pequeño a medio en las hembras, un poco más grande en los machos. Osatura pequeña pero sólida. Caja torácica estrecha. Patas largas y delgadas, más largas detrás que delante. Pequeños pies redondos y delicados, ornados con pelos entre los dedos. |
Cola |
Larga, ancha en la base, afilada, con largos pelos que le confieren el aspecto de una pluma. En movimiento, puesta invertida sobre el lomo, la punta casi toca la cabeza. |
Pelaje |
Largo y fino, sedoso. Desprovisto de capa interna lanosa. Semilargo sobre el cuerpo, más corto sobre el lomo y el morro, largo en la gorguera, bajo la tripa y en la cola. Tiene tendencia a ser ondulado en la parte inferior. |
Colores |
Blanco puro, negro, azul, chocolate, lila, rojo, carey, todos los dibujos tabby smoke, etc… (excluido colourpoint). En Europa el angora turco ha sido reconocido por la FIFe en 1988 y sólo con el color blanco, con tres posibles coloraciones de ojos: azul, ámbar y dispares. |
Defectos |
Tipo persa; cola anudada; estrabismo; osatura maciza. |