Como persona responsable de sus animales, cualquier dueño de gato debe ser capaz de reconocer cuando algo no va bien con su mascota. Al margen de conocer al gato en particular, y saber si su comportamiento es normal para él o ella o no, hay una serie de signos básicos de estrés o enfermedad en nuestros pequeños felinos, así como también de miedo o ansiedad.
Una de las primeras señales de alarma es el acicalado. A los gatos les gusta pasarse horas haciéndolo, pero de una forma relajada. Así que si tu gato de repente deja de hacerlo o le ves acicalarse de forma compulsiva, se trata de una señal que no se debería ignorar, y pasar a observarle con más detenimiento, por si aparece alguno de los otros signos.
Otro de los síntomas de que algo no va bien, es si se vuelve sucio. Si deja de usar la bandeja aunque esté limpia, si orina o defeca en cualquier lugar o si simplemente deja de tapar después de usar la arena, estate alerta. Tambien puede pasar que no notemos que se ha vuelto sucio porque pasa mucho tiempo escondido y hace sus cosas allá donde se esconde. Un gato sano y feliz no se pasa el dia metido bajo un armario. Si se da esto, es momento de llamar al veterinario y consultarle.
Tanto la agresividad (o la falta de sueño) como la apatía también son señales de alerta. La agresividad puede ser facilmente por culpa de que el gato sufre de algún dolor, mientras que la apatía podría ser depresión o alguna forma de anemia. O por ejemplo que no esté comiendo, la cual es una señal muy grave de alarma, aunque también puede deberse a un «simple» problema dental. ea como sea, los cambios en las costumbres alimenticias son también motivo de consulta veterinaria, tanto si se trata de anorexia como si el gato come compulsivamente.